Ansiedad ante la posibilidad de salir de casa, miedo a la cercanía de otras personas, temor a tomar el trasporte público y a asistir a centros de salud son algunos de los síntomas del síndrome de la cabaña, un estado que aparece en un alto número de personas después de un largo periodo de confinamiento.
Se estima que aproximadamente un tercio de la población podrá presentar síntomas intensos de este síndrome, estando en primer lugar aquellos que padecían problemas psicológicos previos. Estos síntomas pueden sumar bajo estado de ánimo, fatiga y estrés. Otras consecuencias del encierro son el aumento de patologías en personas sanas: trastornos del ánimo, de ansiedad y violencia intrafamiliar.
Es importante considerar que estos síntomas pueden durar aproximadamente 1 mes a partir del momento en que se comienza a salir, y posteriormente disminuir en su intensidad hasta desaparecer. En el caso de que esto no desaparezca en un máximo de 6 semanas, o que los síntomas tengan una intensidad que no sea soportable, se debe consultar un especialista.
También es adecuado considerar parcializar las salidas, que el nuevo ritmo se adquiera poco a poco en el caso de que esto sea posible, e implementar rutinas saludables que ayuden a mantenerse más tranquilo, es decir, buen dormir, alimentación sana y a sus horas, algo de actividad física (con 30 minutos tres veces por semana es suficiente).
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