El convertirse en madre es un proceso que genera gran cantidad de cambios en la mujer, cambios que se dan en diversos ámbitos, uno de ellos es el psicológico.
Una investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona ha demostrado que el cerebro de las mujeres embarazadas sufre profundos cambios físicos, reduciendo la materia gris en partes de éste, para de ese modo generar una poda en las conexiones neuronales que permite optimizar determinadas funciones y fortalecer la eficacia cognitiva. Esto facilita el anticipar acertadamente las amenazas del entorno y hacerle frente a los peligros , así como el fortalecimiento de la empatia, lo cual permite interpretar los estados mentales del niño de manera más eficaz. Mejora además, la resistencia al estrés y se agudiza la memoria. Su cerebro estará mas adaptado para las nuevas exigencias.
Cambia el rol de la mujer, frente a sus ojos y a los del mundo, pasa de ser hija a ser madre. Esto significa un cambio a nivel de su autoconcepto y autoestima, es decir, se verá a sí misma de forma diferente, logrando en el mayor de los casos un sentimiento más profundo de valía. Aparecerá una sensación de logro y conquista por tener un hijo.
Cambia su foco de interés social/afectivo, comenzando a desear vincularse más con mujeres madres que con otras personas. Así mismo, se renovará el interés por la maternidad de su propia madre, y en su vínculo de pareja, dará mayor importancia al desempeño como padre que como hombre.
Se cuestiona, quizás por primera vez, su historia de desarrollo personal, siendo este el momento en que se pregunta si será un buen modelo para le bebé.
Comienzan a evolucionar mucho más rápido los vínculos afectivos y de apego. Se desarrolla una nueva sensibilidad hacia el mundo que la rodea, afectando a todos sus sentidos.
En cuanto a su conducta, desarrollará un repertorio de ellas que antes le eran desconocidos, en otras palabras, se descubrirá respondiendo de manera muy distinta a la habitual a ciertas situaciones. Esto es fruto de su competencia emocional, y estos cambios se sostendrán en el tiempo.
Si bien algunos de estos cambios se mantienen durante dos años, otros son permanentes, y las consecuencias de todos ellos cambian profundamente la psiquis de la mujer. Ella ahora es eje de sucesión de generaciones, el origen de lo que vendrá en adelante, y su cerebro la ayuda con un golpe evolutivo que la convierte en mejor persona.
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